Mi formación como Ingeniera, Industrial primero y de Sistemas después, y mi posterior especialización en finanzas, me ha proporcionado una visión muy técnica de la realidad, no obstante, esto no ha sido un obstáculo para mi incansable búsqueda de algo más que pudiese llenar un vacío espiritual que he experimentado toda mi vida.
Esta búsqueda me ha llevado a la lectura individual, la pertenencia a algunos grupos de estudio y la práctica de algunas disciplinas, todo lo cual ha ido nutriendo mi conocimiento y mi espíritu.
Pero aún con todo esto, mi vacío continuaba y frecuentemente una inquietud rondaba mi mente, me preguntaba como podría poner al servicio de mis semejantes, los conocimientos que tenía y a la vez sentía que algo me hacía falta; hasta que un día de una manera muy empírica y casi podría decirse que fortuita, descubrí un gran potencial sanador en mis manos, me dí cuenta que colocándolas en algunas partes del cuerpo, aliviaban el dolor de un ser muy querido que por cosas del destino y gracias a la voluntad de Dios, me tocó acompañar y cuidar durante su enfermedad, haciéndole las curaciones necesarias y suministrándole la medicina recetada por los médicos.
Con la certeza de que poseía esta facultad, profundicé más en mi búsqueda y fue así como descubrí la existencia de una técnica de sanación energética, denominada Reiki, leí varios libros al respecto y asistí a un seminario denominado: Reiki nivel 1, en el cual pude ampliar mi conocimiento del tema y recibir mis primeras iniciaciones; de inmediato puse en práctica las conceptos aprendidos, en mí misma, en mis familiares y amigos, obteniendo resultados más que satisfactorios.
Posteriormente asistí a otros tres niveles de Reiki para recibir las respectivas iniciaciones, perfeccionar las técnicas aprendidas y aprender otras nuevas.
Con todo este bagaje de conocimientos y de práctica, decidí entonces que quería dividir mi tiempo entre mi desempeño como Ingeniera y el servicio a mis semejantes con estas técnicas de sanación, por eso trabajé durante algún tiempo a domicilio, luego, cuando adquirí buena experiencia y dominio de diversos problemas, comportamientos y manifestaciones, decidí abrir mi propio consultorio, al cual los invito con mucho amor para brindarles la ayuda que necesiten.
